TICs en las aulas
La era de la información
Fuente: Google. |
Como ya conocemos, una de las Competencias Básicas en Educación Primaria, y clave en la sociedad del siglo XXI, es la Competencia Digital. Aunque destacar que no se trabaja como se debería, haciendo más ímpetu en ella; esta competencia es tan importante trabajarla como las demás, puesto que las niñas y niños están inmersos en esta sociedad tan digitalizada.
La integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la práctica educativa constituye una de las demandas que la sociedad plantea al mundo educativo.
En el ámbito educativo, las TIC pueden proporcionar un entorno de enseñanza y aprendizaje para el alumnado y profesorado. Según Domingo y Marquès (2011), que según Cabero (2006), "las TIC configuran nuevos entornos y escenarios para la formación con unas características significativas. Por ejemplo: amplían la oferta informativa y posibilidades para la orientación y tutorización, eliminan barreras espacio-temporales, facilitan el trabajo colaborativo y el autoaprendizaje, y potencian la interactividad y la flexibilidad en el aprendizaje". (p. 170).
Fuente: YouTube.
Un buen uso de las TICs ayuda al desarrollo cognitivo del niño, ayuda al niño en la indagación y que se cuestione las cosas; ayudando así a la fomentación de la investigación (otro aspecto, que según investigaciones, se trabajan muy poco en la Educación Primaria, y es algo muy importante para que el niño aprenda a cuestionarse las cosas y dar respuesta a problemas que se les plantean).
Destacar, y que me parece un aspecto muy importante, según Domingo y Marqès (2011), las TICs, el para qué se utilizan y que finalidad tienen dentro de las aulas, las aulas 2.0. (p. 172):
- Exposiciones magistrales (95%).
- Realización de ejercicios entre todos (82%).
- Comentarios colectivos a partir de información de Internet principalmente de vídeos o periódicos (80%).
- Corrección pública de ejercicios (68%).
- Presentación de trabajos y materiales elaborados (68%).
- Presentación de información de Internet (62%).
- Explicación de temas a los compañeros con rol de profesor (62%).
- Realización de ejercicios autocorrectivos y de ejercicios para su posterior corrección (52%).
También hay que destacar las ventajas del poder trabajar con tecnologías en el aula, algunas de esas ventajas:
- Aumenta la atención y la motivación (100%).
- Facilita la comprensión (98%).
- Aumenta el acceso a recursos para comentar y compartir entre el alumnado y/o el profesorado (92%).
- Facilita la enseñanza, el aprendizaje y el logro de los objetivos (90%).
- Aumenta la participación y la implicación del alumnado (88%).
- Facilita la contextualización de las actividades y la gestión de la diversidad (82%).
Las actividades más destacadas son:
- Investigar (93%).
- Desarrollar la creatividad (86%).
- Efectuar correcciones colectivas (85%).
- Realizar actividades colaborativas (82%).
Destacar, en último lugar, que mi experiencia en las prácticas acerca de las TICs es muy positiva, ya que todas las aulas estaban equipadas con un ordenador de mesa, para trabajar los alumnos y el docente con él; pero el Centro Educativo también dispone de una red de, aproximadamente, unas 100 tablets, por si han de utilizar Internet todos los alumnos de una misma clase para la realización de alguna tarea planteada.
La pizarra digital es otro de los instrumentos de información más utilizados en las aulas, donde todas las clases, desde Infantil, pasando por Primaria y terminando en Secundaria, poseen una pizarra de este tipo.
Todos los docentes suelen utilizarlas para impartir sus clases, puesto que los alumnos están muy motivados y despiertos, a la hora de tener que salir y escribir algo en ella o poner alguna actividad, mostrando en todo momento mucho más interés que en una clase magistral con solamente el libro y una pizarra de tizas.
Bibliografía:
Domingo, M., & Marquès, P. (2011). Aulas 2.0 y uso de las TIC en la práctica docente. Comunicar, 19(37), 169-175.
Domingo, M., & Marquès, P. (2011). Aulas 2.0 y uso de las TIC en la práctica docente. Comunicar, 19(37), 169-175.
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